miércoles, 28 de diciembre de 2011

Me encanta que me hagas rabiar.

Lo que más me gusta de ti son tus ojos; esos preciosos ojos marrones que me vuelven loca cuando me miran de una manera en la que sólo tú eres experto. Cuando tengo que apartar rápidamente la mirada cuando la tuya se cruza con la mía. También me encanta cuando acercas tus labios a mis oídos y me susurras cosas bonitas con esa voz aterciopelada que no sale de mi cabeza. Cuando tus manos agarran mi cintura y me acercas muy despacito a ti. Cuando me untas de nata la puntita de la nariz y cuando me acaricias el pelo con esa suavidad tuya.
Pero mucho mejor que todo esto, es cuando me besas, cuando me besas con esos labios perfectos en el cuello, y poco a poco, despacito, a tu manera, los vas acercando hasta mi boca. Sin dudarlo eso es lo mejor. Nada nunca va a poder cambiar este sentimiento tan fuerte que me inunda por dentro. Ya me he acostumbrado a ti y a tu manera de ser y nada, jamás de los jamases, va a cambiar eso.

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