miércoles, 30 de enero de 2013

Y pensar que dormimos bajo el mismo cielo, pero no bajo las mismas sábanas.



Las noches duelen sin ti, el girarme en la cama y no ver tu preciosa sonrisa duele, como si de espinas en el corazón se tratase. Esa sonrisa que me roba hasta mi último aliento. Una noche sin ti es una noche perdida, necesito sentir tu respiración en mi nuca, tus manos rodeándome la cintura, pequeños besitos en el cuello y en los duérmete enana. Nunca dejaré de pensar en lo afortunada que soy teniéndote, eres increíble, es oír tu nombre y sonreír, cambiar de color y de planeta. Ni las siete maravillas juntas, ni la mejor música, ni si quiera los días de San Valentín entre rosas se comparan contigo. Nunca voy a dejar de quererte

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